jueves, 1 de diciembre de 2011

miércoles, 30 de noviembre de 2011

De nada sirve sonreírle a las mañanas...

De nada sirve sonreírle a las mañanas,
cuando el Sol se va escondiendo
entre las nubes, temeroso,
de nada sirve sonreírle a las mañanas...

Aquí, en un banco, recordando lo bello del mes,
ya de nada sirve sonreírle a las mañanas.
Azul, gris, el cielo torna amarillo
cuando no lo estamos observando.

(Y, me quiere explicar, que de nada sirve
sonreírle a las mañanas...
)

No, no soy negativista mi amor,
de nada sirve sonreírle a las mañanas porque,
cuando menos lo esperas, se cubre de nubes
(y citándola) ¡se cubre de llagas!

martes, 22 de noviembre de 2011

El juego del espejo

casa de brujas
feria de excesos
atónita, el reflejo asusta
y no hay nadie,
no hay nada


el solcito no calienta las mañanas
las lagrimotas de los ángeles,
empapan


y veo el pasado en el presente (me)
una suave auto caricia denominada: desquicia


dar; almohada = (nuevamente) simulacro de un humano
Cabeza gacha, me salen alas

Lagrimones ausentes de ángeles
me empapo, me cubro
simulo (sinónimo de simular)

martes, 1 de noviembre de 2011

Un viejo bar aflora en mis recuerdos,
el inconsciente se vuelve, momentáneamente, consciente.
Ella ríe, sola.

Yo no.

¿qué es la felicidad?

Viajo en nubes, muero en infiernos, lloro mares y todo se hace absolutamente nada (otra vez todo es igual a nada)

Lágrimas que se juegan, se escapan y, en contra de mi voluntad, bañan un rostro que tiene la necesidad de ser amado.

Hola ¿hay alguien ahí?

... (silencio)

¿hola?

no, no hay

De fondo una canción que partiría mi corazón si estuviese sano ¿qué te pasa; qué te está pasando? Siempre sintiendo contra lo real, jugando con lo que se rompe ¿será que el amor es algo externo a mi persona?¿será que si no amo me aman y si amo no lo hacen?¿será que las mejores personas son las que peor lo pasan? no, esto último no lo sé...

Una guitarra acústica en mi reproductor, varias historias que contar y oídos que no hacen más que escuchar.

No, no tengo ganas de escribir, no tengo fuerzas, no tengo más que lo que perdí hace rato, que lo que volví a perder después de recuperarlo ¿será que el corazón hay que dejarlo roto para que no se vuelva a lastimar?

¡qué triste! ¿y qué es ser triste si nunca conociste la felicidad?

Buen punto: reformulo

¡qué triste es conocer la felicidad!

lunes, 22 de agosto de 2011


Acústico

Cerrar los ojos, inhalar lentamente el aire y sentirlo correr por todo tu cuerpo, exhalar. Sentirse vivo.

Vuelvo a abrir los ojos y, nuevamente, aparezco en el bar. Miro con recelo ¿otra vez acá? nadie responde, nadie siquiera se atreve a mirar; le digo a mi amigo el cantinero "uno más, por favor" y él sabe lo que me está pasando por la mente pero, sin embargo, me sirve uno más sin objetar, en definitiva es su trabajo...

Tomo el vaso con una mano, libero sentimientos encerrando el puño sobrante y trago sin reparar en el ardor que siento, sin reparar en que la gente mira con lástima, sin reparar en nadie ni en nada más. Abro los ojos, vuelvo a la triste realidad y suspiro intentando que, con ese suspiro, se alejen las lágrimas, los dolores presentes y pasados.

-Ey hace mucho que no te veo por acá -me dice Henry (sí, el mismo Henry de siempre)
-Estuve de vela, digamos
-¿vela? -pregunta con ese acento que lo distingue tanto
-claro, de vela querido amigo -le respondo sin mirarle la cara
-bueno doña, cuando quiera pase por mi mesa, acérquese ¡vamos! -insiste casi en broma
-en otra ocasión Henry, en otra ocasión

Lo veo caminar, tambaleándose como en los viejos tiempo, lo veo alejarse y asumo lo real: no se alejan porque quieren, se alejan por que yo los hago alejar.

Suspiro, retomo los viejos caminos recorridos y sigo el trayecto que quise dejar de recordar. No creer en el olvido, no creer en la suerte ¿hay más? vuelvo a suspirar... no quise volver a lo que era, no quise animarme a más por miedo a perder, pero las ganas me ganaron y acá estoy sin astilla, sin árbol, sin siquiera raíz. Lo mismo de siempre, lo mismo que nunca. Eso se llama no aprender más.

miércoles, 13 de abril de 2011

Bi-fas

Decidí irme un rato a la orilla del río, me quede hasta tarde tomando algo y escribiendo, de pronto me dormí y, cuando me desperté vi cómo se formaba una ola inmensa en frente de mi, me asusté, quise escapar pero la ola me tapó... de pronto sentí claridad y una luz serena ¿estaba en el cielo?¿qué me iba a pasar?

Como ella se hace aire, yo me hago mar... vago por las noches de locuras donde se puede respirar. Llegué hasta Mar del Plata, entré por las dos escolleras y me sorprendí de la manera en que me miraba ese Cristo de brazos abiertos, ya no sé si soy católica, ni siquiera sé si siendo mar puedo ser algo de eso, igual él me miró como diciendo "bañame con tus aguas, sos bienvenida" no lo bañé nada porque siendo mar todo lo que tengo son aguas y si se las doy a él no tendría nada. Un poco egoísta de mi parte, a decir verdad.

Seguí mi camino metiéndome por subterráneos marítimos, lugares que nunca había visto siendo humana e inútilmente pensé "debería haber ido a bucear alguna vez" de todas maneras ya era un mar (o me sentía como mar), seguí mi camino por el pacífico pero sin saber a dónde ir y terminé perdiéndome "¡qué pena que acá abajo no haya carteles!" me dije ¿porqué ésto era así? tendría que haber una municipalidad...

Me tocaron el cuerpo (diría bien qué parte pero todavía no me entiendo siendo mar), me di vuelta y me encontré con Ariel ¿cómo me había reconocido ésta bella sirena? una canción muy conocida para aquel cuerpo humano me hizo dejar de pensar y ponerme a bailar ¡todavía no controlaba mi cuerpo y ocasioné un remolino marítimo! Ariel me dijo que no baile porque podía lastimar a alguien pero yo le dije "conozco ésta canción" a lo que me dijo "no podes conocerla, es el Himno marítimo y vos sos nueva acá" "sí la conozco" le respondí... En el mundo de afuera la llamamos "Bajo el Mar" y, no sé porqué pero se ofendió y nadó. Inútilmente traté de que no se alejara pero esa canción me gustaba de sobremanera así que me quedé.

Se me acercó Sebastian, el cangrejo, pero no era nada lindo ni amigable así que me fui... llegando al sur me agarró mucho frío, me rodeaban montañas repletas de algo blanco que no me acuerdo muy bien cómo le llamábamos allá afuera. Me di cuenta que estaba en el Nahuel Huapi cuando me encontré con el Monstruo Nahuelito. Él me dijo que no crea los rumores, que era un monstruo bueno pero mucho no le creí, ésto de ser mar era peligroso.

Seguí siendo mar por mucho tiempo pero me di cuenta que no era lo que me hacía feliz. Extrañaba muchas cosas, ya no podía cantar y menos escribir ¡era como un suicidio para mi! y además... el amor, allá te enamoras muchas cosas y no tenes nada para tomar (claro, para aliviar el dolor). Un día me cansé de ser mar y hasta empecé a odiarme por no saber cómo dejar de serlo entonces corrí y corrí por el subterráneo ¡qué tonta fui! a la otra mañana me enteré que había causado un Tsumani en Japón ¡pobres personas! Igual no asumo toda la culpa ¿cómo puede ser que solo yo haya ocacionado semejante cosa?

Me dormí llorando (sí, nosotros también dormimos) y tuve un sueño terrible... me vi en cuerpo de humano, muerta a la orilla de un río ¡qué locura!... me fui acercando, despacio y como mi cuerpo humano se movió me asusté formando una ola gigante que me tapo (claro, a mi en humano). De pronto sentí claridad y una luz serena ¿estaba en el cielo; dónde estoy?

Muerte en retroceso

Y un ardor en el pecho me dice que algo anda mal, me duele todo el cuerpo, siento que muero pero que, a su vez, tampoco tengo ganas de despertar...

-Septimo regimiento, por favor

Y ya no hay variaciones dentro de los comienzos de mis notas... todo lo que veía eran vasos venir, vasos ir. Quizás a veces cambiaba de bar, cambiaba de luz, de sombras, cambiaba de lugar pero yo seguía siendo la misma persona, la misma adolescente alcoholica que se hacía pasar por alguien mayor ya que, aquellas salidas nocturnas, habían producido marcas en mi cuerpo, en mi caminar que afirmaban aquella mentira tan poco evidente. Al comienzo los cantineros no querían servirme o dudaban al hacerlo (quizás también se debía a que siempre terminaba mal) pero, con el tiempo, se fueron acostumbrando a mi insistencia, a mi intolerancia, a que el único abrazo que daba fuera con el retrete y los restos de comida que en realidad no había. Con el tiempo la gente se adaptó a mi, sí ellos a mi porque jamás voy a admitir que soy yo quien se puede adaptar, aceptaron mi forma de caminar, mi forma de vestir, mis muecas al hablar, con el tiempo no me trataban como a una puta de 16 años que abría las piernas para "triunfar", me trataban como una mujer de 36 años, casada hace 15 y con un hijo al que educar...

-El tiempo cura las heridas - me dijo una vez el cantinero y ¿qué le respondí?
-Claro, pero el Whiskey ayuda, así que dame uno más.
Él me miraba con mucho cariño pero, sobre todo, con lástima. A veces me sacaba las llaves del auto y me subía en un remís, otras... otras simplemente me levantaba del baño y me acostaba en la cama que tenía atrás, esperaba a que me despierte y me preparaba un café. Pero hubo una vez que nunca voy a olvidar:

Era una noche fría de invierno, vestía medias negras, zapatos con plataforma, remera larga y campera de cuero, tenía los guantes en el bolsillo y la bufanda colgando, sin cumplir su función, en el cuello. Entro al bar, saludo a los "tíos del rinción" con la mano, a los "viejos" con la cabeza y le sonrío a mi amigo el cantinero.
-Henry ¿cómo te trata la noche?
-como todas las noches, querida
-Hoy podría ser un poco mejor, es más: lo va a ser
-Ah ¿si?
-Empecemos con un Vodka tonic
-¿con qué vamos a terminar?
-veremos Hen, veremos...

Y, la lógica se nos fue por las ramas, bailamos jazz (tuve que obligarlo), toqué el piano y recordando mis momentos de gloria le canté una pequeña aria y la Balada para un loco, nos reímos como nunca y sentí que algo estaba pasando, algo ME pasaba.

Pasaron los años y ésta vez sí tenía 36 solo que sin pareja ni hijo, Henry era la única familia que tenía y, a su vez, tambien era la única que me interesaba tener. Sí sociabilizaba con otras personas, sí andaba con quien queria cuando quería pero el único problema es que no los quería y siempre volvía a las cálidas manos de Henry, en las cuales tenía cigarros y bebidas, mis otras dos adicciones. A veces nos quedábamos incluso después de cerrar, yo lo olbigaba a tocarlargas horas el piano y él me obligaba a cantar, amaba mi destriuda voz. Sí, nosotros nos amábamos.

Un día tormentoso decido ir al bar y, en realidad, es tonto decir que había decidido ir ya que todas las noches nos acompañábamos entre copas con los residentes del lugar. Entro y noto un cambio, los tíos no estaban y los abuelos me esperaban exclusivamente a mi.
-¿que pasó?¿donde está Henry? - se limitaron a mirar, sollozando, a mirar
-Él...
-él ¿qué; dónde está?
-El te quería pero
-¿qué? habla
-Ya no está, los tíos lo llevaron al hospital pero no pudo sobrevivir
El bolso se deslizo por mi brazo, me ahogué en un llanto que daba pena con solo escuchar, caí... perdida en ese lugar que lo era todo para mi, ya no quise escuchar.
-Que alguien llame a una ambulancia - escuché gritar, pero ya no me importaba, no me movía, no respiraba y, si todavía lo hacía, no quería más.
-Reanimación, 200 ml de (...) carga a 300, vamos ¡una vez más!
-Despertate, por favor, despertate
Y lo único que no quería, era despertar, no sin Henry, no sin la persona a la que siempre amé, la que me hundió en las tinieblas de la bebida y me enseñó a nadar sin respirar, no sin él, que me entendía, no sin
-No reacciona al masaje cardíaco, ya no hay signos vitales
-declarala
-no puedo declararla, no puede morir
-demasiado tarde Hen... tenés que declararla
-No, voy a tratar una vez más, 100 ml de

Y sentí un ardor en el pecho que me dijo que algo andaba mal, me dolía todo el cuerpo, sentía que moría pero que, a su vez, tampoco tenía ganas de despertar... me vi en un bar, pidiendo un trago, soñé con el amor de un cantinero de bar

Desconsuelo

Es una lucha interna constante "me quiere; no me quiere" le estoy dando vueltas al asunto, quisiera resolver algo de todas estas preguntas con las que me encuentro"¿piensa en mi?" ya no sé cómo hacer para salir de ésta, no sé cómo hacer para no tocar fondo o, a diferencia de dos años atrás, cómo hacer para salir de éste pozo con miles de metros hacia arriba. Estoy llorando, escuchando un eco profundo, frágil y sincero "no te quiere"...
Frases que resuenan en mi interior, demostrando que estoy llena: de vacío. Debería decirme a mi misma que no siga con éstas mentiras, que no necesito mentirme a mi también... debería aceptar que estoy loca o que, por el contrario, no lo estoy y necesito actuar como una persona "normal".
"¿cómo es eso?" me pregunto, pero ya no tiene sentido que me siga preguntando ¿para qué?¿para qué sigo diciendo que está todo bien? quizás porque, con ésta falsa sonrisa, los demás eligen creerme y no preocuparse en mi, es evidente que no estoy bien.
Quizás solo tenga que darle tiempo al tiempo pero ¿de qué me sirve ponerle más tiempo? mientras espero ese dichoso momento se me pasan los días, los meses, los años, la vida. Me preguntan qué me pasa, qué siento y ¿qué respondo? "vacío" es todo lo que puedo sentir, es todo lo que puedo admitir que siento... así es, acá estoy, siendo nada y queriendo ser menos aún ¡qué bien que me la paso! ¿no? quizás solo tenga que admitir lo que realmente me está pasando, lo duro que es vivir y lo patética que estoy sonando. Quizás... solo quizás.
Suspiro ¡cuántos suspiros y almas que vacían su interior! me río para no admitir que tengo ganas de ser una nena de cuatro años para echarme al piso y llorar, llorar pegando patadas, llorar arrancándome los pelos, llorar desconsoladamente sin tener que contener la tristeza que siento, sin tener que admitir que no puedo conmigo misma, con éste dolor que llevo en mi interior, con éstas muñecas bañadas en sangre, éstas costillas bien marcadas y éste estómago que se muere de hambre... Sí, acá estoy quieriendo ser una pendeja de mierda que se desgarra el corazón en una tarde de verano, queriendo volver a mi infancia para que nadie me diga "sos grande, no podes llorar... aforntá tus problemas" queriendo retroceder o adelantar, queriendo tener mi propio lugar para poder desplomarme tranquila, para poder ser responsable dentro de toda la irresponsabilidad. Acá estoy, sí... acá estoy porque no hay otro lugar a donde poder ir.
Me prendo un pucho, destapo un vodka, cierro los ojos y me digo "ya todo va a pasar" aunque sé que no es verdad "todo va a pasar" me repito una vez más. Y es verdad, pasa el tiempo, girando mi habitación a mi alrededor, pasa el tiempo, consumiéndose el cigarrillo entre mis dedos, pasa el tiempo porque, de pronto, me di cuenta que nunca va a dejar de pasar.

domingo, 20 de marzo de 2011

-Bueno, después te llamo
-listo ¿sabes cómo llegar?
-sí, caminando
-si no te podes tomar el colectivo... chicas ¿cuál es el colectivo que la deja en casa?
-no importa, yo puedo llegar
-bueno ya lo sé pero, de última, si te tomas el colectivo llegas mejor
-no pasa nada, sé por dónde ir
-¿tenes llave?
-sí, después te llamo si me voy por ahí
Empieza a caminar, no sabe exactamente a dónde está ni cómo llegar pero eso es lo que a ella le gustaba, explorar nuevos aires. Sus pies le dolían terriblemente, los zapatos de la noche pasada habían hecho que su pie derecho sangre y, los de ese día que en su pie izquierdo se forme una ampolla. Sentía el dolor pero, como tantas otras veces, eso no iba a impedirle que deje de caminar, por el contrario... el dolor (venga como venga) era una señal de que todavía vivía, de que respiraba, de que tenía un cuerpo repleto de... algo.
Pasa el tiempo, pasa por ferias, por escalinatas, por calles cerradas y abiertas, por recuerdos del ayer que le afectan su presente aunque solo sean malditas memorias. Lucha consigo misma para no decaer y logra llegar al abismo de las cosas certeras: si estaba allí, si su sueño se comenzaba a hacer realidad por algo era. De vez en cuando le agarraban bajones que la hacían caer todas esas escalinatas que con esfuerzo había subido pero, como todo, su cuerpo se anteponía a su mente y masoquistamente caminaba entre tormentas y mares de lágrimas hasta llegar al arcoiris que, cuando estaba demasiado cerca, desaparecía alejándose kilómetros más allá.
En la soledad de su apartamento, soledad momentánea, prende la hornalla, carga el agua para la pava y escucha el pitido penetrante que hace la combinación de éstos dos. Observa detalladamente cómo el fuego cambia de formas y le encanta cómo hacen un hermoso baile de colores. Quizás los placeres diarios son los que más le gustan porque no todo el mundo los observa como ella los ve, quizás amaba las cosas simples justamente por su belleza sin modificar, quizás... quizás a ella le bastaba con los pequeños placeres diarios para llegar a su felicidad.

domingo, 6 de marzo de 2011

Tengo tantas canciones para estrenarte, tantas estrofas y tantos versos que no me alcanza el mundo, los pentagramas ni instrumentos.

Tengo tanta rabia, tanto odio, tanto viaje y tantas vueltas que ya no tengo nada y estoy sola en el universo.

Quizás escriba para ésto: un día olvidando algo y al otro, para que jamás se olvide.

No me inspiran las vueltas, las calesitas, los trenes, las vías... simplemente no estoy inspirada porque mi día fue en torno a una ruta. Llego de viaje, tantos kilómetros por un poco de felicidad y ¿con qué me encuentro? JA ¡ÉSTA FELICIDAD!

Pero bueno, acá estoy... combatiendo contra mi misma, batallas que solas se inician solas se terminan ¿no? es decir ¡no hay estúpido que soporte tanto tiempo estando mal! o quizás sí ¡HOLA! jajaja me río para no hacerme un rio de lágrimas y tristezas... Siguiendo combate, poniendo fuerzas, intentando hasta llegar a ser quien se supone que quiero ser, así estoy hoy. "poniendole el frente a la cara" o la cara al frente, da igual... en éstos días todo sigue mal, todo mal.

miércoles, 23 de febrero de 2011

NO NO NO que alguien me prohíba escribir, que alguien me prohiba cortar. Que alguien me prohiba vivir, con ésto no puedo más. No es demasiado, nunca nada lo será... a veces es gris, otras negro, blanco quizás. Solo son esos colores los que hoy hay. No sé si quiero seguir, ya no quiero disimular... Me piden que lo haga, me piden que no siga mal pero ¡no puedo hacerlo! estoy triste, me siento mal.
¿Qué voy a hacer yo? si apenas puedo mantenerme parada... ¿qué voy a decir yo? si lo que digo no tiene sentido... Me pregunto porqué la gente se enamora de mi, me pregunto porqué se obsesionan de mi, porqué aquello que habla DE MI no es CONMIGO.

Quizás sea porque estoy triste y veo todo nublado, quizás porque el cielo está gris y hay un mosquito picándome. No lo sé, no creo que nada de ésto tenga que ver con nada pero, bueno, la nada lo es todo.

Ahora soy fuerte, es todo lo que leerían de mi, si no supieran ésta página, si no existiera éste lugar. Y sí, SOY FUERTE pero no en éste momento. Soy solo una persona que ya no aguanta más.

No quiero desplomarme, no quiero saber que todo se me acaba tan rápido. Quiero vivir estancada en la soledad, no más desamores, no más obsesiones, no más peleas ni discusiones. Te dije que el amor era una mierda.

No estoy con ganas de escribir pero escribir es todo lo que tengo, a ésta altura ya no tengo nada ¿qué le voy a hacer? las cosas que me pasan me las merezco. Merezco ser infeliz porque eso es lo que soy ¡una infeliz!

Qué agradable que es la vida cuando se saborea la verdad, tiene gusto amargo, como el té que estoy tomando para no engordar ¿o debería decir "seguir engordando"?... Ya no me importa, la vida es una mierda de sabor amarga (rico).

De fondo, una canción que me parte el corazón (bueno, me lo partiría si no lo hubiesen hecho ya), en mi mente un sueño que también puede ser llamado pesadilla y, por acá, donde se supone que está el órgano más lindo de todos, solo encuentro soledad.

Cuántas frases sin sentido le dan sentido a ésto que no da para más. Y yo escribo porque siento que tengo que hacerlo, porque necesito verme ahí, reflejada, ahí... Necesito sentirme viva, necesito verme para no llorar. Necesito dejar de llorar.

Pobre de mi, lástima es lo que me faltaba dar. Estoy completa, lista para si alguien me quiere matar... ¿será suficiente?¿alguien me puede hacer ese favor?. No lo creo, ese algo que está por allá arriba se divierte demasiado viéndome sufrir, quizás me está cobrando ésto de ser una tarta más (JA).

Ya no importa lo que piensen porque mañana se van a olvidar, olvidar de lo que leen, lo que ven, olvidar de lo que hay. Mañana todo ésto ya no va a estar.
Vamos a volar, te subo a mi alfombra de poesías. Tenes que agarrarte fuerte, las palabras se las lleva el viento. También puedo invitarte a venus aunque amarte me sale mejor... Y ¡qué se yo! si yo no sé nada. No saber me hace tener más oportunidad para aprender (y quedar como una idiota). Vamos, veni a volar... a ésta altura de mi vida también puedo subirte a la felicidad, esa llega rápido pero rápido se va. La bipolaridad te llama desde el carro pero, no te conviene, es bastante vueltera: viene y va. Solo puedo decirte que mejor no subas a ninguna parte de mi. Todo pasa tan rápido que, cuando despiertas, no estoy más. No te preocupes porque no es culpa tuya, como te dije, se llama soledad.
-Y entonces ¿cómo es esto?
-¿cómo es qué?
-ésto... el juego de la vida
-pero la vida no es un juego
Silencio, no quise abrir la boca para contestarle. Quizás ella no se equivocaba y la vida no era un juego; no sabía diferenciar, no sabía dónde estaba ni qué hacía ahí
-uno más, por favor -Eso fue todo lo que dije en los siguientes 3 minutos; el cantinero miro a la mujer con la que yo estaba hablando, ella asintió y él me dió un vaso, uno más.
-Gracias - pude decir a ese gesto de cortesía... aunque en mi interior me preguntaba ¿acaso creía que por eso iba a ser mejor persona?¿quién era ese maldito cantinero que, por poco, me prohibía un poco de instantánea felicidad?. La mujer me mira, esa mirada penetrante me hacía estremecer
-Él no se cree nadie más de lo que es, solo hacía su trabajo
Quede atónita ¿cómo me había contestado si yo no había ni abierto la boca? no supe qué hacer, nuevamente caí en el abismo del silencio.
-Y... ¿cómo era tu nombre? -le pregunto después de media hora sin hablar
-Ya te dije, no tiene sentido que te cuente
-¿cómo no va a tenerlo? si no quisiera saber, no te hubiese preguntado
-es verdad - respondió
Sus contestaciones dejaban mucho que desear pero, a pesar de eso, no le decía más. En silencio nos entendíamos, solo en silencio, con un vodka en el medio, siempre con un vodka ahí.
-Quiero irme a casa- dijo
-Y anda - le respondí casi ofensivamente
-Llevame a casa - me dijo; su mirada profunda se convirtió en una mirada con miedo, ella se convirtió en una pequeña personita de 5 años gritando "mami llevame a casa"
-Estoy enloqueciendo - dije en voz baja. El cantinero, que miraba de reojo, me sacó el vaso de las manos
-Saque a esa niña de aquí... Señora, saque a su hija de éste lugar
-Por favor ¡que la saquen! - grité casi con odio y, en cuestión de segundos, me tomaron del brazo y me sacaron de aquel antro que se hacía llamar "bar".

22/02

entada en una rambla en la cual jamás pensé estar, mirando el horizonte, el amanecer... despierto, no fue un sueño aunque, si no asimilo bien las cosas, se acercó bastante a él. Un día más, suspirando por los aires que no son buenos aires, suspirando por el mar que no toco, solo sobre llevo, sobre vuelo, sobre todo para no querer analizar. Y mis frases son concretas, son tiesas, son rectas, no son nada y lo son todo. Esto es lo que soy.

Miro atrás, no tan lejos, solo horas que, como pelos en un gorro, se esconden de la humedad. Está oscuro pero no lo suficiente como para que no vea, para que no me vea hablando con quien, en otra situación, me hubiese querido robar. Pero ya no me importa, esa noche estaba oscura (o quizás no) esa noche, que fue anoche, dejo de ser una más.

Hoy escribo porque esto es lo que tengo, tengo días, tengo sueños, tengo vida... tengo cosas que son todo y todo que ya no es nada porque, como ayer improvisé, la vida es una mierda y ésta mierda es mi vida, que ya no vuela, que ya no alcanza, que ya no quiere regresar. Y marcharme, lentamente, sigilosa, esplendoral.

Un piano suena de fondo y pienso "la vida debería tenerme un soundtrack armado" un tema para las guerras, otro para desamores, deseos y algo más... Cuando bailo, cuando salto, cuando lloro, cuando sueño; cuando grito, cuando canto e incluso, cuando ya no puedo respirar.

Un violín se suma, lentamente, a éste soundtrack que no da más. 18 años de canciones, 18 melodías (y seguro más). Ahora la voz que, con su esplendor, dibuja lágrimas en mi rostro, dibuja sueños destruidos, corazones que ya no están. Y eso es bueno, algunos dicen, es bueno que te puedan lastimar. Yo no entiendo de qué hablan pero asiento, para no quedar mal.

¡Qué ignorante que es la gente! y con gente solo me refiero a mi... qué me importa lo que piensen "loco, yo soy así". Un pañuelo se desliza, una nena en su jardín, una flor que se desoja y una persona al morir.

martes, 8 de febrero de 2011

No pasa nada quizás ese sea el problema ¿no? es decir ¿porqué no me pasa nada? mi día de hoy fue simplemente agotador, no hice más que sentarme en frente del monitor, mirar series online y comer... ¿desde cuándo eso es insoportable? y, desde siempre; cuando estoy ocuapda, no tengo ni tiempo de respirar y, cuando respiro libremente me siento agobiada, más cansada que en pleno otoño, más aturdida e, incluso, igual de angustiada. No sé porqué mi vida es así, vacía, porque soy tan disconforme, porqué tan auto exigente y perfeccionista; dentro de todo mi vida fue buena ¿porqué no me conformo con lo que tengo? mi voz es linda ¿porqué no la cuido y sigo mis estudios? siempre busco más y, al fin y al cabo, buscando ese 'más' desperdicio lo poco que tenía antes de empezar.

Además este desamor o ¡no! incluso ni siquiera es eso... incluso este amor que siento por esa persona me hace mal ¿soy tan ilusa que ni siquiera puedo elegir bien la persona a la que me gustaría amar? sueno patética y hasta podría decirse que, hoy, lo soy; sé que tengo inteligencia, astucia y blablabla pero ¿de qué me sirve todo eso si los únicos planteos que logro hacer son... incoherentes? sí, soy incoherente, ilógica, soñadora y, aunque la gente piense que no hay nada de malo en ésto último, sí señores, lo hay.

Sueño con ser feliz, sueño con amar a alguien que pueda llegar a amarme, sueño con cantar óperas geniales en el teatro Colón, en el Ópera... sueño con ser exitosa y
buena persona, sueño con nunca dejar de soñar y, en resumen, quizás solo eso logre, quizás nada más.

Y la vida es un quizás que, imprevistamente, puede desaparecer; podemos tener suerte o no tenerla, estar en el momento justo o esperar que la vida pase frente nuestros ojos, nuestras narices. Me canso de quejarme en páginas que no valen la pena, en documentos de word o en patéticos bloc de notas (como éste). Soy desagradecida y mi vida podría ser peor pero ¿no sería más fácil si hubiese nacido hija de, no sé... Madonna? ser la misma persona, tener la misma voz que tanto me agrada pero estar con tantos contactos a mi alrededor que solo tendría que abrir la boca para triunfar.

Tengo un largo camino por el que andar, tengo que ser más humilde, tener menos ego y, a su mismísima vez, menos vergüenza. Tendría que tratar de seguir mi vida, tratar de no sentir angustia adentro, tratar de sacarla porque se siente como un gran hipo en el pecho, se siente como un agujero negro que me perfora... se siente como algo que no me gusta sentir.

Hoy fue un día "normal" sí y justamente ¡ese es el problema! no quiero ser normal, no quiero sentarme a escribir en un bloc de hojas de una notebook año 1990, no quiero sonar egoísta pero evidentemente lo soy; NO QUIERO seguir queriendo pero, a su vez, en cada oración quiero más y más. ¡cómo me gustaría ver a futuro! me gustaría
saber qué va a ser de mi, si es mejor vivir y luchar por eso que, se supone, tanto quiero o si es mejor agarrar una mochila y recorrer con ella el mar.

Suspiro, suspiro, suspiro ¡apuesto que nunca acabarán! y me agarro la cabeza para contener mi furia y no romper a llorar, me agarro la cabeza y vuelvo a suspirar para controlar mi tristeza, para controlar la mierda que tengo en mi interior, suspiro y quiero gritar pero no lo hago porque, más allá de ésta habitación, hay gente... gente que controla, gente que estrangula: gente que no me deja volar.

martes, 1 de febrero de 2011

No podré decirte cuánto te amo, no de nuevo ni de la triste y patética manera en que lo hice; no podré distraer a aquellos fantasmas que no buscan dar la cara, no espantaré a aquellas sábanas que, con un ventilador, se hacen pasar por los fantasmas de mis peores pesadillas.

El mundo es negro, yo soy blanca, mi corazón rojo que, de sangre, grita el dolor (derrama dolor), vive con el. Muere. Mata.

Estoy pensando (y pienso deliberadamente que no debo pensar); así de fácil, así de cierto, así... olvidando el tiempo y el lugar.

Distraída me ahuyento de mis pensamientos que, nuevamente, quieren envolverme en su seductor canto de sirenas; yo... como ingenua, trato de no pensar pero ¡vamos! soy como esos hombres que se dejan seducir, que se dejan matar.

Y la música es mi vida, la música me lleva, me trae, me deshace y hace trizas ¿acaso no es lo mismo? No... recuerda que, en mi, pueden vivir miles de sentimientos que, en un santiamén, desaparecen.

El pasado, tu y mi pasado. Por favor, dejémonos de llantos inermes que no van a ningún lado, dejémonos de penas y de desamor. Dejemos en el pasado eso que ya no está, que ya no vive, que muere; dejemos allí eso que, repentinamente, se esfumó.

lunes, 31 de enero de 2011

No me canso de saberte bella, no me canso de saberte hermosa, no me canso de saber que todo me gusta, todo me atrae; no me canso de sentirme como ellos, los envidio por poder mirar sin distinguir que son esa clase de personas. No me canso de saber que me estoy cansando pero ¡no me importa! ¿a quién le importa?...

Uh, mi cabeza da vueltas, estoy a falta de sustancias que frenan con esta incordiosa molestia, pero todo pasa porque 'todo' son como frases que, como el viento, llegan y se van.

Estoy buscándote a ti, sé donde encontrarte pero cuando llego tu te vas ¿acaso estoy haciendo las cosas mal? NO, quizás ir de frente no está tan bueno como lo creo, quizás debí usar palabras más... pensadas ¿no? ¡puede ser! pero ¡a mi qué me importa!.

Pff, Camila, Camila (suspiro), se sabe que te importa... ella te importa tanto que dejarías sueños y almohadas, castillos y (JA) príncipes: el futuro solo sería un recuerdo del presente que (no vale la pena ni aclararlo)nunca será.

Tal vez el próximo, el próximo año, el próximo ciclo, la próxima vida ¿quién sabe? Yo no... no sé nada y REALMENTE cuando digo que no sé nada es porque así lo es.
Solo sé que te quiero, que quiero tenerte conmigo, que quiero cerrar mis manos en tu cuerpo, que quiero olerte, besarte, quiero amarte.

Solo sé que la tristeza me vence (o quiere hacerlo); solo sé que no quiero saberte, que no quiero olerte, no quiero sentirte, solo... ya no quiero amarte.
Y pensar que tenía tantas ganas de satisfacer mis ganas de tenerte que, ahora, me sorprende que no me sorprenda en lo más mínimo. ¿será que confío demasiado en mi misma?¿confío tanto en mi que, esa confianza, la escondo con humildad? No lo creo aunque... uno nunca sabe ¿no? menos si no quiere saber y ¡¿qué ciego es peor que el que no quiere ver?!

"En el interior de un bar también me podrás encontrar; ahogando penas en un vaso, tratando de olvidar" y esa frase que ahora leen, esa que acabo de escuchar y copiar, es tan mía como éste corto pelo y éstos rotos pantalones.

Me apropio de canciones, poemas y frases. Pero es que soy así, me siento dueña de cosas que no son mías, de frases que, aunque no tengan sentido, son tan adecuadas a mi que hasta podría hacer largas canciones con ellas.

Y llego tarde, siempre llego tarde... y aunque este llegando temprano, voy a llegar tarde porque ¡así soy! tan puntual y tan tardía como me dan ganas de ser.

Me voy, con un par de palabras que no le hacen tener sentido a esta vida pero ¿a mi qué me importa? el que no quiera leerme, que no lo haga. Por suerte ¡soy bien libre de hacer lo que quiera!.

domingo, 30 de enero de 2011

Quizás... quizás mi vida es un quizás y solo quede en eso, el quizás que mañana sera, nuevamente, un quizás.

Y si no somos nada, somos todo ¡cuántas contradicciones nos da la vida! pero ¿no seremos nosotros, inconscientemente, quienes nos contradecimos para sentirnos mejor?.

No puedo escribir, no encuentro la inspiración que estoy buscando y, seguramente, por ello sea que no está.

Las lágrimas están dentro de mi pero no salen, no quieren dignarse a salir; y quizás (sí, nuevamente quizás) no me dan lo que estoy buscando porque no sé qué estoy buscando...

Quiero un cuerpo, uno en especial, un cuerpo que me abrigue con sus piernas, que me bese los labios, que me abrace (sí, un abrazo).

Es raro (incluso para mi) pero busco ese cuerpo que me de calor con la mirada, que no tenga la necesidad de tirarse encima para que cambie algo dentro de mi.

Quiero lo que no tengo y lo que nunca voy a tener, la quiero a ella, esa escultura que deje atrás, esa que, con los ojos como piedra, me dejó atrás.

sábado, 29 de enero de 2011

Digamos que, a veces, me gusta tener mi identidad en secreto. Me gusta que me crean como les muestro que soy y me encantan sus caras cuando descubren la verdad. Camila, esa mina seria que lo único que quiere es triunfar en su vida es, en verdad, la loca más loca de las locas. Já ¡qué buen apodo! Camilaloca... me presento luego de un pequeño destello de mi misma, me presento como soy: brillante, hermosa, cuerda, terriblemente fea, depresiva, maníaca de la limpieza, desalineada, loca (terriblemente loca), obsesiva, perfectamente perfeccionista, insoportable, buena onda, ortiva... Esta soy yo, o solo una parte de mi. Soy, como ya dije en otros blogs, lo que quiero ser y ¿quién puede ganarle a eso?. Camilaloca Conchatrelli, está acá para todo el que me quiera leer. Bienvenido a mi mundo, BIENVENIDOS A MI


"Su cuerpo poso desnudo, frágil, inmóvil"
Ella entró, desprevenida, sin prisas pero sin pausas... La puerta crujió, se asustó, corrió. Comenzaron a sonar los violines, algo pasaba, algo no andaba bien. Luciana se miraba las manos, se tocaba el pelo: sabía que nada de lo que veía era parte de ella.

Corrió, lo único que quería hacer era correr y despertar de aquella pesadilla; "Vamos Luciana, vamos Luciana, vamos..." sonaba de fondo un coro espeluznante, vio una puerta ¿entraba, no lo hacía?¿qué iba a hacer?¿dónde estaba? aterrada, se dejó caer, venció su cuerpo una pequeña ráfaga de viento y así fue... quedó en el piso, entre las hojas y la lluvia.

La lluvia, todo lo que podía ver era esa lluvia que caía, que la tocaba, que la hacía sentir viva. Luciana quedó inmóvil, preguntándose si ese era un sueño o si, realmente, eso era la cruel realidad.

Su cuerpo poso desnudo, frágil, inmóvil, si alguien la hubiese visto como la vi en aquel momento hubiese creído que era una escultura sin cuidados, con muchos más que un par de años encima y con algunos golpazos de aquellos niños traviesos que todo lo rompen en el parque.

Me vio, quiso moverse unos centímetros pero algo se lo prohibía, había estado tanto tiempo en desuso que sus músculos se habían acostumbrado a estar así: inmóviles, inermes, cómodos entre las hojas, el viento y la nieve... pero yo no podía dejarla así, yo no podía no quererla, no podía no mimarla, no tener ganas de secarla y llevármela conmigo y ¿qué iba a hacer?¿permitir que, otra vez, entre en mi vida?

Tuve que dejarla, tuve que abandonar aquel cuerpo que, de ninguna manera, creía necesitarme; tuve que seguir recordando el pasado, tratando que solo fuese eso y no forme más parte de mi; tuve que seguir porque se suponía que allí debía dejarla, que más allá había algo bueno para mi que, por acá, hay algo bueno para mi.