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Enredaderas,
enredaderas que te incitan, te seducen,
excitan hasta aquel montículo de tierra derribado por el aire.

Ideas sobre enredaderas, verdes, mohosas,
asquerosamente suaves cual algas de mar fuera del agua.

Enredaderas. Equitativas a mujeres calculadoras,
de esas que enamoran pero no a primera vista.

Como sesos que, al tacto son viscosos, y al gusto... deliciosos.

No dejo de pensarte como una enredadera,
cual serpiente venenosa, acuosa, penosa.

Hace tiempo, y no hay tiempo que corrobore, que te veo como un alga,
una serpiente, un ente, una soga arrastrada, enudada, desnuda,
asesina que enloquece pero, cobarde, nunca mata.

Pienso, que no te veo, que te imagino
desterrada, acabada, desmenuzada,
definitivamente tan desequilibrada
que te odia o te ama.

T/r/u

La caricia incita,
música desquita,
seducidas
estallamos
de pasión.

Entre el roce
y aferrarse
solo hay
un paso intermedio:
electro tango, play.

Dudarla es atormentarse vanamente.
Suspiremos, bifurquemos el oxígeno:
purificar, gemir, exhalar.
Es un felino claustrofóbico
en una caja de seguridad.


Todo rasguño
vale la pena
si la sangre
es derramada
con eufórica pasión

Enfermizos violines que estallan
nos invitan a gritar,
derrochar,
evadir y
olvidar...




nadie te obliga a quererme amar